sábado, 8 de diciembre de 2007

Reseña: La vida nueva




" Un dia leí un libro y toda mi vida cambió. Ya desde las primeras páginas sentí de tal manera la fuerza del libro que creí que mi cuerpo se distanciaba de la mesa y la silla en la que estaba sentado..."
El libro de Pamuk habla de la vida en sí misma, de esta existencia terrena hecha de cosas tangibles, rompibles, reparables, olvidables; también de aquello que la matiza que son las esperanzas y los recuerdos; los miedos y las frustraciones. La fantasía -menciona Pamuk- no existe sino solo dentro de un libro, fuera de estos, nada que le asemeje es real.
Me gustó leer un libro en donde el eje de la historia es a su vez otro libro. Más aun, en este "otro libro", quienes lo leen quedan enganchados por el mundo fantástico que describe, con sus paisajes, sus personajes y sobretodo por un ángel que se muestra omnipresente a lo largo de la historia, a quien se busca poder contemplar aunque sea solo de lejos, y ser capaz de corroborar por propios ojos, la belleza con la que se le describe en "ese libro".
El ángel del que Pamuk habla es Azrael, un personaje bastante desconocido por estos rincones del mundo, sin embargo en el Islam representa el brazo de Allah que se lleva a los hombres al otro mundo, el ángel de la muerte. Sobre lo que nuestras hollywodezcamente contaminadas cabecitas pudieran sugerir, Azrael es un personaje -segun la tradición oriental- bastante dulce y benevolo. Nos libra del sufrimiento y habrá de ser el último en morir, justo antes del juicio final.
Los ángeles en Pamuk son testigos, autores talvez, de esas extrañas coincidencias de las que se construyen nuestras vidas. Pamuk va tejiendo una historia increíble entre estas coincidencias aparentemente estúpidas, que finalmente son quienes construyen un muro de piezas de mampostería que llamamos vida.

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