martes, 22 de abril de 2008

In illo temporem

- Comíamos rata y liebre- decía mientras se acomodaba el tubo de oxígeno.

La piel de su nariz estaba seca y con cuarteaduras. A veces sangraba.
El sol de Abril pasaba el cristal, y la palma jugaba con la luz; la dejaba escapar en una persiana de sombra. Se movía con el viento que pasaba refrescando la tarde.

-Le pegábamos con la escopeta. Había muchas, ¡Muchas!, solo era salir en la tarde, esperar un rato y pelar el ojo ¡Yo era rebueno con la escopeta!
Como no comian carroña las hacías en caldo; como gallina- decía mientras sus ojos observaban el baile de la palma. Era difícil no hacerlo porque era hermoso y sutil.

Semanas despues su sangre dejo de salir.
Perdió su calor; se convirtió en un deseo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola!
Espero que el ambiente denso ya haya bajado...

Sabes que puedes contar conmigo