miércoles, 6 de agosto de 2008

Masiosare Krusty Burger

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El día después de aquel 2 de Octubre del año 68, mientras se encontraba en el hospital recuperándose de las heridas causadas por las esquirlas de bala, Oriana Fallaci dio una entrevista sobre lo acontecido en Tlatelolco.
Indignada como nunca; visiblemente histriónica e histérica, declaró que le sorprendía la nula indignación de la sociedad mexicana sobre la tragedia, y sobretodo lo timorato y mediocre de los medios de comunicación.
A 40 años, las palabras de la periodista siguen dolorosamente vigentes: y es que seguimos siendo ese país donde no pasa nada justamente porque nadie dice nada.

Hollywood no ha sido bueno con los mexicanos; si debemos de agradecer la imagen universal del burro junto al pobre gorrudo alcoholizado y el cactus que le sirve de recargadera es a los filmes gringos, que sin quererlo, han influido en muchos de los prejuicios que ahora sufrimos.
Los estereotipos deshumanizan a los individuos, nos acotan a prejuicios estúpidos y poco verídicos. En un país que lee poco (miserere nobis), es evidente que la imagen que Hollywood proyecta de nosotros hacia nosotros es impresionantemente influyente. Mucho peor las consecuencias: generación de pesimismo social y resignación, mezcla fatal con el lacónico y derrotista sentimiento nacional mexicano.
Lo que asombra es que en este país nos tiene sin ningún cuidado, se acepta como la salida del sol, la corrupción priista, o que a Sabrina Sabrok se le reventará una chichi cualquier dia de estos. Y es que cuando la mayor parte de la población piensa que el gobierno actuó debidamente asesinando a todos esos estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, puede esperarse cualquier cosa.

Afortunadamente no todos los mexicanos andamos en burro, ni a todos nos resulta normal que el ejército haya disparado contra los estudiantes; sobretodo, aunque de manera menos trascendental, hay quienes SI nos indignamos por los pegotes estereotipados y burlas hollywodenses hacia nuestro país.

Apenas he visto “Los Simpsons”, la película que salió en 2007. Mucha gente la recomendó y aunque no me pareció tan buena -siento que son los mismos chistes de siempre- reconozco que entretiene.
Hacia la mitad de la película, Bart y Homero se encuentran comiendo, al tiempo que Krusty está filmando un anuncio de TV.
Aquí la parte del guión:
(el script completo esta en: http://www.simpsoncrazy.com/movie/script.php)

KRUSTY: Hey hey! It's your old pal Krusty for my new pork sandwich, the clogger! If you can find a greasier sandwich, you're in Mexico! (he laughs then takes a bite of the sandwich) Mmm!

Ignoro si soy el único indignado. Otra vez el estereotipo falso y estúpido.
Si hay algo por lo que vale este país es por su gastronomía, y no me refiero a los tacos y garnachas corrientes y callejeras. Pocos países tienen la tradición culinaria de México con 3 mil años de historia continua. La comida para los pueblos precolombinos era sagrada, un regalo de los dioses. En el virreinato, el dios se transforma en verdadera bebida y verdadera comida. La fiesta gira alrededor de la comida, la familia, los amigos. Si tenemos una gastronomía precandidata a ser patrimonio UNESCO es porque durante siglos la cocina de México ha trascendido el simple objetivo de la ingesta –como en los EEUU-, por ser un símbolo de identidad y de cultura. Sorprende incluso que lo mas bajo de la cocina de este país, -las fritangas y cochinadas callejeras- sean más nutritivas que cualquier comida de escuela pública gringa porque son sobretodo naturales y frescas, sin conservadores y poco industrializadas, preparadas in situ.

¿Qué si la situación fuera inversa?

Recordemos el boicot de Absolut (lo publiqué aquí: http://luischerrera.blogspot.com/2008/04/absolut-world-o-de-cmo-volvimos-perder.html)
No pasó poco tiempo para que MILES de gringos se sintieran ofendidos y pidieran retirar la publicidad amenazando con boicotear al vodka.

Lo cotidiano en México no deja de sorprender dolorosamente cuando se reflexiona y se toma conciencia. Probablemente esa sea la causa por la que poca gente se indigne, preferimos simplemente no pensar, ver tranquilamente mientras comemos palomitas Los Simpson, El Alamo y cochinadas hollywodescas similares que insultan la historia y la cultura de México.

Sí, a Oriana Fallaci le seguiría impresionando la falta de indignación de nuestra sociedad.
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