Barcelona parece otra.
Es la Barcelona de Franco: "Una señora rica venida a menos" como escribiría Zafón, más destaralada y gris; con muchos inmigrantes, pero no sudacas o africanos; son andaluces, extremeños y gallegos que arriban para trabajar en las industrias. Años luz la separan de la Barcelona olímpica y progresista, xenófoba y asquerosamente pretensiosa y contemporánea, "Europea" dicen los catalanes.
El libro es excelente si se busca una lectura fluída y entretenida; Zafón tiene una impresionable forma de narrar la historia que engancha por su simplicidad -es de los libros que apenas abierto te hace sentir en un portal de la Plaça Reial, como un testigo presencial en el desarrollo de la narración-.
La historia sin embargo no es nada del otro mundo, a momentos llega a ser algo predecible. Me pareció más extensa de lo que amerita: se alarga varios años en la vida de los personajes, dando la impresión que viven encapsulados en ese burbuja circunstancial que el escritor ha creado, de una manera algo forzada.
Los personajes caen también en estereotipos, acotándo su humanidad en un cliché acartonado.
Ahora que pienso en "La sombra del viento" en retrospectiva, me recuerda una novela de Televisa: supones el final de la historia (en términos generales) desde la primera página, y los personajes son más bien un mensaje moral (cada uno representa un valor, de manera obvia). Sin embargo lo valioso es el desarrollo, el "como"; leer esas frases que embrujan y atrapan, que no te dejan huir.
Vivir en esa Barcelona triste y gris, de frío, lluvia y nieve, melancólica y derrotada de sí misma. Lo hermoso no solo viene en envolturas coloridas.
La literatura (gracias a Dios) no solo es Borges o Rulfo; no es solo acotarte en las grandes obras. Ruiz Zafón nos trae un producto literario de consumo fácil (y no me refiero en sentido peyorativo), entretenido y accesible a la mayoria.
¿No es el fin último de un libro el hacerte volar?
Volar por una Barcelona de encanto que sin saber murió tras la muerte del dictador.
Es la Barcelona de Franco: "Una señora rica venida a menos" como escribiría Zafón, más destaralada y gris; con muchos inmigrantes, pero no sudacas o africanos; son andaluces, extremeños y gallegos que arriban para trabajar en las industrias. Años luz la separan de la Barcelona olímpica y progresista, xenófoba y asquerosamente pretensiosa y contemporánea, "Europea" dicen los catalanes.
El libro es excelente si se busca una lectura fluída y entretenida; Zafón tiene una impresionable forma de narrar la historia que engancha por su simplicidad -es de los libros que apenas abierto te hace sentir en un portal de la Plaça Reial, como un testigo presencial en el desarrollo de la narración-.
La historia sin embargo no es nada del otro mundo, a momentos llega a ser algo predecible. Me pareció más extensa de lo que amerita: se alarga varios años en la vida de los personajes, dando la impresión que viven encapsulados en ese burbuja circunstancial que el escritor ha creado, de una manera algo forzada.
Los personajes caen también en estereotipos, acotándo su humanidad en un cliché acartonado.
Ahora que pienso en "La sombra del viento" en retrospectiva, me recuerda una novela de Televisa: supones el final de la historia (en términos generales) desde la primera página, y los personajes son más bien un mensaje moral (cada uno representa un valor, de manera obvia). Sin embargo lo valioso es el desarrollo, el "como"; leer esas frases que embrujan y atrapan, que no te dejan huir.
Vivir en esa Barcelona triste y gris, de frío, lluvia y nieve, melancólica y derrotada de sí misma. Lo hermoso no solo viene en envolturas coloridas.
La literatura (gracias a Dios) no solo es Borges o Rulfo; no es solo acotarte en las grandes obras. Ruiz Zafón nos trae un producto literario de consumo fácil (y no me refiero en sentido peyorativo), entretenido y accesible a la mayoria.
¿No es el fin último de un libro el hacerte volar?
Volar por una Barcelona de encanto que sin saber murió tras la muerte del dictador.
1 comentario:
por fin una critica de alguien que no endiosa este libro, tampoco lo fulmina como el rayo lo hace con el árbol (tampoco yo lo hago). Lo pones en su lugar y coincido contigo. En lo que no coincido es en que Barcelona perdiera su encanto, es una de las pocas ciudades donde pienso volver y volver. saludos y feliz inicio de semana. paloma
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