viernes, 29 de agosto de 2008

Las cabezas de los zetas

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No quiero echarme el choro, que tampoco podría y vendría sobrando; solo adjunto esta extraña mezcla de imágenes y el texto que recibí hoy en mi correo.
Son imágenes reales, tristes y cercanas que describen lo que vivimos hoy los ciudadanos de este país. Ignoro quienes son los muertos; en el encabezado del correo se leía "Las cabezas de los zetas oxxo".
Así luce la violencia en México; queda pensar solamente que el dolor purifica, nos hace lúcidos y es por eso que publico estas imágenes, esperando no ser malinterpretado.
La sociedad corrupta en México la hacemos todos: el que corrompe, el que se deja corromper y quienes permiten que todo esto siga pasando.No hay de otra, todos somos culpables.












miércoles, 27 de agosto de 2008

Tarde en el centro II


De las pocas casas árabes -neomudéjares, término correcto- que quedan, en espera de ser convertida en una Distribuidora Rodríguez o Elektra.
Lo que sea más pinchi.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Mantequilla sin arsénico

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Que no es nada contra Uruguay, los uruguayos, los chivitos o el Tannat.
Lo último que esperaría es que me salga lo bestia y malexplicarme. ¿Cómo empiezo?

Buscaba mantequilla para una salsa bechamel para la cena de esa noche, era el cumpleaños de mi hermana y me había comprometido a preparar una pasta.
Tenía la esperanza de encontrar alguna muy artesanal y libre de cochinadas: hormonas, químicos, pesticidas; claro, en estos lugares del mundo la cultura de los alimentos orgánicos es inversamente proporcional al consumo de Coca Cola, frituras y demás porquerias industrializadas altamente dañinas; lo que convierte a los alimentos orgánicos en objetos extintos/míticos/inexistentes, así como el pájaro dodo, la simpatía de Ratzinger o el agua del Nazas.
Con esa resignación y optimismo de quien descubre el agua tibia, alargué el brazo y tomé un paquete de mantequilla lala. Y es que si la vida te da limones, haz limonada.
Sin pensarlo giré el paquete para leer el reverso: HECHO EN URUGUAY, decía en letras azules y mayúsculas. Estaba bastante sorprendido, así que simplemente dejé el paquete sobre el carrito y comencé a caminar rumbo a la caja. El tiempo era poco y había todavía mucha comida por preparar para la cena de esa noche.


¿Qué tiene de extraño encontrarse mantequilla uruguaya en Torreón?


Metafóricamente sería como comprar carne de res texana en Buenos Aires, chocolates franceses en Bruselas y Bourbon americano en Edimburgo. Suena aparentemente simple, pero detrás de esta comparativa bastante chafa hay elementos que dejan mucho a pensar.

Lala es la médula espinal de la siniestra estructura económica que ha dañado irremediablemente el medio ambiente en la Comarca Lagunera. Sus propietarios manejan un conglomerado poderoso y cerrado con gran poder político y económico. Una oligarquía hecha y derecha con el poder de vetar cualquier iniciativa social y ciudadana en favor de la protección del medioambiente.

Desde que era pequeño, he escuchado que los ganaderos-accionistas de Lala dispensan el daño al medio ambiente por el desarrollo económico que genera la industria pecuaria, además de la inegable actividad complementaria como transportación, administración o insumos. El desarrollo económico no se pone en duda, sí la sustentabilidad medioambiental y la concentración de la riqueza.


De ser una región semidesértica nos hemos convertido en la principal zona productura de leche en el país, incongruente pero cierto. Estos señores billetudos, le chupan el 92% del agua a la región, con fines agrícolas. Y es que la siembra de alfalfa consume cantidades IMPRESIONANTES de agua de bombeo.
¿El problema? En gran parte de la Comarca los niveles de acuíferos están tan bajos que las concentraciones de arsénico son increiblemente elevadas. Conocí personas en San Pedro de las Colonias y Francisco I. Madero con problemas de salud derivados a causa del arsénico. La agroindustria es un pilar en la economía de la región, lamentablemente no es sustentable tal y como se practica actualmente. El problema de la riqueza de los Iriarte, Tricio y Villarreal y demás familias oligarcas es que muy pocos se benefician en perjuicio de la gran mayoría.


Entonces, en una región que da prioridad a alimentar vacas por el beneficio económico que representan, ¿Porqué se importa el lácteo?

Que Lala se ponga a importar mantequilla del Uruguay resulta ser una burla bastante humillante a los supuestos principios del bienestar regional; por años la premisa del desarrollo pecuario en la Laguna ha sido el aumento de la producción en favor del desarrollo local, bajo la bandera de la creación de empleos. Los empleos están ahora en la pampa uruguaya, aunque el beneficio económico sigue en San Isidro, La Rosita y El Fresno.
HECHO EN URUGUAY nos recuerda que a las familias de Lala solo ven por ellos mismos y el "beneficio común" está en función del entendimiento de cada individuo.


Esa noche la cena resultó ser bastante buena, se pasó al aire libre con un fresco muy agradable, raro en esos días de Julio. No quise tirar la caja de mantequilla vacía, sus letras azules y mayúsculas con HECHO EN URUGUAY no dejaban de darme vueltas en la cabeza.


Burbujas


lunes, 11 de agosto de 2008

Mare Serenitatis




Torreón es difícilmente amable; hay mil y un motivos para detestar la ciudad.

Lo extraño es que las cosas positivas son tan buenas, que muy pocas pueden pesar más que todo lo malo junto.

El cielo de la noche, despejado como solo aquí: con todas esas estrellas y luces brillando como niñas sobre un columpio.

Y sobre la luna todos esos mares, tan secos como el aire intermedio, y con nombres de país encantado: Mar de la Fertilidad, del Néctar, del Frío, de las Nubes.

Ninguno como el Mar de la Serenidad.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Masiosare Krusty Burger

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El día después de aquel 2 de Octubre del año 68, mientras se encontraba en el hospital recuperándose de las heridas causadas por las esquirlas de bala, Oriana Fallaci dio una entrevista sobre lo acontecido en Tlatelolco.
Indignada como nunca; visiblemente histriónica e histérica, declaró que le sorprendía la nula indignación de la sociedad mexicana sobre la tragedia, y sobretodo lo timorato y mediocre de los medios de comunicación.
A 40 años, las palabras de la periodista siguen dolorosamente vigentes: y es que seguimos siendo ese país donde no pasa nada justamente porque nadie dice nada.

Hollywood no ha sido bueno con los mexicanos; si debemos de agradecer la imagen universal del burro junto al pobre gorrudo alcoholizado y el cactus que le sirve de recargadera es a los filmes gringos, que sin quererlo, han influido en muchos de los prejuicios que ahora sufrimos.
Los estereotipos deshumanizan a los individuos, nos acotan a prejuicios estúpidos y poco verídicos. En un país que lee poco (miserere nobis), es evidente que la imagen que Hollywood proyecta de nosotros hacia nosotros es impresionantemente influyente. Mucho peor las consecuencias: generación de pesimismo social y resignación, mezcla fatal con el lacónico y derrotista sentimiento nacional mexicano.
Lo que asombra es que en este país nos tiene sin ningún cuidado, se acepta como la salida del sol, la corrupción priista, o que a Sabrina Sabrok se le reventará una chichi cualquier dia de estos. Y es que cuando la mayor parte de la población piensa que el gobierno actuó debidamente asesinando a todos esos estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, puede esperarse cualquier cosa.

Afortunadamente no todos los mexicanos andamos en burro, ni a todos nos resulta normal que el ejército haya disparado contra los estudiantes; sobretodo, aunque de manera menos trascendental, hay quienes SI nos indignamos por los pegotes estereotipados y burlas hollywodenses hacia nuestro país.

Apenas he visto “Los Simpsons”, la película que salió en 2007. Mucha gente la recomendó y aunque no me pareció tan buena -siento que son los mismos chistes de siempre- reconozco que entretiene.
Hacia la mitad de la película, Bart y Homero se encuentran comiendo, al tiempo que Krusty está filmando un anuncio de TV.
Aquí la parte del guión:
(el script completo esta en: http://www.simpsoncrazy.com/movie/script.php)

KRUSTY: Hey hey! It's your old pal Krusty for my new pork sandwich, the clogger! If you can find a greasier sandwich, you're in Mexico! (he laughs then takes a bite of the sandwich) Mmm!

Ignoro si soy el único indignado. Otra vez el estereotipo falso y estúpido.
Si hay algo por lo que vale este país es por su gastronomía, y no me refiero a los tacos y garnachas corrientes y callejeras. Pocos países tienen la tradición culinaria de México con 3 mil años de historia continua. La comida para los pueblos precolombinos era sagrada, un regalo de los dioses. En el virreinato, el dios se transforma en verdadera bebida y verdadera comida. La fiesta gira alrededor de la comida, la familia, los amigos. Si tenemos una gastronomía precandidata a ser patrimonio UNESCO es porque durante siglos la cocina de México ha trascendido el simple objetivo de la ingesta –como en los EEUU-, por ser un símbolo de identidad y de cultura. Sorprende incluso que lo mas bajo de la cocina de este país, -las fritangas y cochinadas callejeras- sean más nutritivas que cualquier comida de escuela pública gringa porque son sobretodo naturales y frescas, sin conservadores y poco industrializadas, preparadas in situ.

¿Qué si la situación fuera inversa?

Recordemos el boicot de Absolut (lo publiqué aquí: http://luischerrera.blogspot.com/2008/04/absolut-world-o-de-cmo-volvimos-perder.html)
No pasó poco tiempo para que MILES de gringos se sintieran ofendidos y pidieran retirar la publicidad amenazando con boicotear al vodka.

Lo cotidiano en México no deja de sorprender dolorosamente cuando se reflexiona y se toma conciencia. Probablemente esa sea la causa por la que poca gente se indigne, preferimos simplemente no pensar, ver tranquilamente mientras comemos palomitas Los Simpson, El Alamo y cochinadas hollywodescas similares que insultan la historia y la cultura de México.

Sí, a Oriana Fallaci le seguiría impresionando la falta de indignación de nuestra sociedad.
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domingo, 3 de agosto de 2008

El silencio de Kar


Dos de la mañana, sin querer dormir. Acostado y prendido de las últimas páginas del libro que hacía apenas dos semanas compré en Gandhi frente a Bellas Artes. No quiero dormir sabiendo que al día siguiente no disfrutaré leer el último párrafo, así que decido terminar el libro, sin más sonido que el motor del aire lavado que gira gravemente, con un arrullo que nadie nota.
Cambio de posición: ahora estoy bocarriba y junto a la lámpara que ilumina bien la totalidad de la página... Y entonces regreso a Turquía, a ese pueblo extraño olvidado de Dios y de todos. Un lugar miserable que sufre más por el recuerdo de mejores años que por su pobreza; se llama Kars y por aquellos días la nieve no dejaba de caer.


"El silencio de la nieve, pensaba el hombre que estaba sentado inmediatamente detrás del conductor del autobús. Si hubiera sido el principio de un poema, habría llamado a lo que sentía en su interior el silencio de la nieve." Orhan Pamuk, Kars





I Turquía no es tan lejos.

Me explico: cualquier chilango podría sentirse como pececillo en su agua paseando en Estambul más que en cualquier otra ciudad europea, incluyo las españolas. Ruidosa, fragante, caótica y siempre llena de ese encanto jocoso, Estambul, sino fuera por los minaretes, bien pareciera un pedazo de este país. Nisantasi y Polanco, Sultanahmet y el Centro, Beyoglu y La Condesa.

Asombran las coincidencias: con otro México en Los Angeles y Chicago; otra Turquía en Frankfurt y Hamburgo. Países de contrastes, de violencia, de historia aplastante que niebla la visión presente. El envoltorio difiere, el contenido es prácticamente el mismo, incluida las dos pasiones nacionales, el futbol y las telenovelas.


La televisión turca transmitió Los ricos también lloran por eso de primeros años noventa, convirtíendose probablemente en el primer contacto cultural masivo mexicano; le cambiaron el nombre por Mariana, tomado del personaje que interpretaba la ahora chichona, ruca-botóxica, y madre-avergonzada de Vero Castro. Todas las tardes , escribe Pamuk en Kars, el pueblo entero se sentaba junto al televisor a ver las desgracias de la chaparrita en aquel mundo injusto, a veces tanto como su propia existencia.



Esperando al ferrocarril en camino a Kars; curioso:el niño rubio se parezca a Ataturk.
foto de La comunidad de El País.



II ¿Y dónde demonios esta Kars?



En una lista de lugares que merecen el título de fin del mundo, y no lo digo por geografías sino por lo existencial –existe en el límite al límite-, donde acaba occidente; allá al final de Turquía y justo antes de topar con un muro cerrado que es una frontera donde no se permite cruzar.
Tierra pobre, de pobres y kurdos y armenios e islamistas, todos lo más bajo de la sociedad turca. Una chabola, conventillo, favela o ciudad perdida: ¿No empezaría ahí la esperanza mas ínfima de cualquier hombre?

Esta periferia humana es el escenario que Pamuk escoge, donde termina su país y los problemas se juntan como en las coladeras, más a la fuerza y sin desearlo, y es que esa combinación de islamismo fundamentalista, ignorancia y pobreza, terrorismo kurdo y nacionalismo ataturkista –todos en elevadas concentraciones- producen esta mezcla cáustica que se vuelve compleja y asombrosa por su fragilidad y por despertar los más terribles vicios del ser humano.




Ahí entra KA, el poeta y pretexto de la historia, que vive tranquilamente en su exilio en Frankfurt hasta que la noticia de la muerte de su madre lo hace regresar a Estambul, y de ahí ofrecerse como voluntario para cubrir una nota periodística sobre una serie de suicidios que algunas mujeres jóvenes de Kars han estado cometiendo.
Pamuk escribe como si afilara cuchillos; la novela es rica en ideas y pudiera llegar a tener diferentes lecturas, todas profundas y punzocortantes; justamente este punto se convierte en la fortaleza y debilidad del libro: una profunda multidimensionalidad absoluta que pudiera convertirse en un laberinto bastante complejo de argumentos aparentemente sin fondo. Pamuk es Pamuk, y lo aligera con una narrativa sencilla que sutiliza la estructura que se deja detrás mientras se lee, engañando y haciendo creer que la historia es más sencilla. Es hasta la última palabra de la última página que aparece la sensación del enorme peso y complejidad de la historia; es solo hasta que la última idea se pasa con la vista que aparece la retrospectiva definitiva de esa enorme y compleja red de recuerdos, tragedias e historias de KA en Kars.

"Por un segundo se sintió vieja. Pero también sintió que podía ser capaz de envejecer en paz aceptándolo y de ser lo bastante inteligente como para no pretender nada más del mundo" OP





III KA-KAR-KARS

Lost in translation, como en la película así paso con el libro; se perdió el importantísimo juego de palabras que es la médula de la historia: KA-KAR-KARS.
KA: Kerim Alakusoglu, el personaje central, o más bien el pretexto de la historia.
KAR: Nieve en turco. Un leitmotiv literario; la nieve es la escenografía, el tiempo y la metáfora.
KARS: el pueblo de la historia; el teatro que es al mismo tiempo prisión, donde es imposible salir hasta que el destino quede cumplido y la nieve descubra las carreteras y vías.

Aquí una sinopsis del libro:

http://efinews.blogspot.com/2007/01/nieve-de-orhan-pamuk.html

(buscar la del sábado 6 de Enero de 2007, esta buena y por cierto un saludín al amigo argentino EFINEWS de Tucumán que la escribió).





El copo de nieve de KA; cada copo representa una vida, y en éste el poeta sintetiza la suya y cada punta es un poema que ha ido escribiendo en su estancia en Kars.




IV Leer a Pamuk

KA huele a Negro, el protagonista de Me llamo Rojo; Nostálgicos, y conscientes de la discapacidad humana para ser feliz. Discapacidad universal y contemporánea, oculta entre objetos y personas, que solo pueden ver aquellos seres humanos extraordinarios, víctimas de ese regalo que es más bien la peor de las condenas.

KA es el exilio en todas sus significados, sobretodo la del hombre que huye de sí mismo, de sus otras dimensiones. Ka se esconde en la eterna monotonía de las calles de Frankfurt, sedado con películas porno y una vida cotidiana que pretende contener el veneno mortal de su sensibilidad de poeta.

Y así llegaron las cuatro de la mañana, ansioso por cerrar el libro, tratando de digerir el final de la historia. Si alguien me llegara a preguntar qué es lo mejor de leer, respondería que es ese momento en que el cerebro se satura, consciente que la historia termina, que todo esta a punto de adquirir su forma definitiva.

Alargué el brazo y apague la luz, poco lúcido de lo que hacia.

Estaba en Kars todavía, pensando en el tren de Orhan que lo llevaba de regreso a Estambul dejando atrás la historia de KA y esa nieve acumulada en esos tres días que comenzaba a derretirse.

"Nadie nos puede entender de lejos" OP



viernes, 1 de agosto de 2008

El centro y los letreros 5

Fue un día extraño. A momentos parecia que comenzaría a llover, con esos goterones que avisan que hay que correr, para que minutos después apareciera el sol, brillando campante como si nada. Lo extraño es que no olia a tierra mojada, el verdadero aviso del aguacero en la Laguna. Ese olor que solo aquí aprendemos a querer, precioso en su escasez.